espacio dedicado a los mas pequeños
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Todas las personas sufren de estrés de vez en cuando y cada persona siente el estrés de forma diferente. Algunas de las formas de lidiar con el estrés - como gritar, golpear a alguien o a una pared - no resuelven la situación. Sin embargo otras soluciones como hablar con una persona en quien confíes, puede ser el comienzo para resolver el problema o al menos hacerte sentir mejor.
Intenta seguir los siguientes pasos la próxima vez que te sientas estresado(a).
1. Busca Apoyo. Cuando necesites ayuda, rodéate de personas a quienes les importa tu bienestar. Habla con un adulto en quien confíes, como por ejemplo tus padres, otro pariente, un consejero en la escuela o un entrenador. Y no te olvides de tus amigos. Puede que ellos estén preocupados por el mismo examen o tengan problemas similares a los tuyos como por ejemplo, lidiar con un divorcio o la muerte de una mascota querida.
2. ¡No te pongas nervioso (a)! Es fácil perder el control de tus sentimientos cuando estas disgustado. Date cuenta de tus sentimientos. Exprésalos -por ejemplo, "Estoy tan disgustado" y encuentra una forma de canalizarlos. Practica ejercicios de respiración, escucha música, escribe en un diario, juega con una mascota, monta en bicicleta, o haz lo que tu creas que te podrá ayudarte a sentirte mejor.
3. No te desquites contigo mismo. Algunas veces cuando los niños(as) están preocupados y disgustados, se desquitan con ellos mismos. Eso no es una buena idea. Recuerda que existen personas que pueden ayudarte. No te desquites contigo mismo. Trátate bien y busca la ayuda o el apoyo que necesitas - y que mereces?para lidiar con la situación que estas atravesando.
4. Trata de resolver el problema. Cuando te sientas calmado(a) y tengas el apoyo de adultos y amigos, es un buen momento para resolver tu situación. Necesitas darte cuenta de cuál es el problema. Incluso si no puedes resolverlo completamente, quizás puedas comenzar a resolverlo poco a poco.
5. Se positivo(a) - la mayor parte del estrés es temporal. Puede que el estrés no parezca temporal cuando estás atravesando la situación, pero el estrés puede desaparecer, generalmente cuando te das cuenta del problema y comienzas a tomar medidas para resolver lo que te preocupa. Los cinco pasos que te hemos recomendado no son mágicos - y puede que tengas que repetir uno de los pasos más de una vez -, pero sí funcionan. Y si puedes permanecer positivo(a) mientras atraviesas la situación, te ayudarás a ti mismo más rápidamente. Ah... ¡Uno se siente tan bien cuando se ha ido el estrés!
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¿Alguna vez sentiste miedo? En ocasiones, todos nos asustamos. ¿Los truenos y relámpagos hacen que tu corazón lata más rápido? Tal vez, se te seque la boca cuando tu maestra anuncia que tomará una pequeña prueba, o te traspiren las palmas de las manos cuando llega tu turno de dar una lección ante toda la clase. Probablemente, sientas un nudo en el estómago cuando ves al peleón que siempre te molesta. Preocupaciones de todos los díasTodos sentimos temor de vez en cuando. Y esto pasa sin importar lo grande o valiente que seas. En ocasiones, el miedo puede llegar a ser bueno y ayudarte a mantenerte saludable. El miedo a acercarse demasiado a una fogata puede salvarte de sufrir graves quemaduras. Y el miedo a obtener una mala calificación en una prueba puede hacer que estudies más. Estar un poco asustado también puede aguzar tus sentidos y ayudarte a desempeñarte mejor en un recital o durante una competencia. Algunas personas incluso disfrutan de estar un poco asustadas. Por eso, les gusta mirar películas de terror o dar vueltas en la montaña rusa. ¿Qué ocurre cuando estás asustado?¿Alguna vez te preguntaste por qué tu corazón late más rápido y tu respiración se acelera cuando estás asustado? La reacción del cuerpo ante el miedo nos hace resistir o huir. Y la gente ha tenido esta sensación desde todos los tiempos. Ésta es la manera en que funciona. Imagina que eres un hombre o una mujer de las cavernas de hace cien mil años y te encuentras cara a cara con un tigre hambriento y de dientes filosos. Tienes dos opciones: 1) Salir corriendo (huir) o 2) tomar tu garrote y luchar contra el tigre (resistir). Tienes una tercera opción (dejarte comer), ¡pero no parece muy inteligente! Hoy, puedes decidir resistir o huir frente a la persona que te intimida, te enfrenta y no es capaz de entrar en razón. Tienes dos opciones: 1) Dar la media vuelta y alejarte (huir) o 2) luchar (resistir), aun cuando sepas que una pelea no resolverá el problema. A fin de prepararse para huir o resistir, tu cuerpo realiza una serie de pasos en forma automática. De esta manera, estará preparado para una acción rápida o un escape rápido. Tus latidos aumentan para bombear más sangre a los músculos y el cerebro. Los pulmones toman aire más rápidamente para proporcionar oxígeno a tu cuerpo. Las pupilas de tus ojos se agrandan para que puedas ver mejor. Y tus sistemas digestivo y urinario comienzan a trabajar más despacio para que puedas concentrarte en cosas más importantes. ¿Qué es la ansiedad?Por lo general, nuestros cuerpos deben tomar la decisión de huir o resistir únicamente cuando hay algo que temer. Sin embargo, en ocasiones, esto ocurre cuando no parece haber nada que provoque miedo. Sentir miedo sin que parezca existir un motivo claro se denomina ansiedad. Puede haber otros sentimientos junto con la ansiedad, como una sensación de opresión en el pecho, dolor de estómago, náuseas, o una percepción de que está por ocurrir algo horrible. Estos sentimientos pueden ser muy atemorizantes. A veces, la ansiedad interfiere con las cosas que necesitas hacer, como aprender y dormir. En algunos niños, los sentimientos de ansiedad o preocupación pueden aparecer en cualquier momento. En otros, pueden aparecer únicamente en determinados momentos, como cuando se van de su casa o dejan a su familia para ir a algún lugar. En algunas personas, los sentimientos de ansiedad están presentes prácticamente en todo momento e impiden que las personas hagan lo que desean. Algunos niños tienen una fobia, que es un miedo intenso a algo específico, como las alturas, ensuciarse, el número 13 o las arañas. ¿Por qué las personas experimentan ansiedad?La ansiedad puede ser común en algunas familias. O una persona puede comenzar a experimentar sentimientos de ansiedad después de que ocurre algo terrible, como un accidente de tránsito. En ocasiones, algunas enfermedades llegan a provocar sentimientos de ansiedad. Esto también puede ocurrir cuando se consume alcohol u otras drogas, como la cocaína. Otra parte de la explicación tiene que ver con las diferentes sustancias químicas presentes en células del nervio del cerebro. La manera en que se equilibran las sustancias químicas en las células nerviosas del cerebro puede afectar los sentimientos y los actos de una persona. Una de esas sustancias químicas es la serotonina. La serotonina es una de las sustancias químicas del cerebro que ayuda a enviar la información de una célula del cerebro a otra. Pero en algunas personas que padecen ansiedad, esa sustancia química no siempre parece funcionar como debiera. Además, algunos científicos consideran que una zona especial del cerebro controla la respuesta de resistir o huir. Cuando se siente ansiedad, la respuesta de resistir o huir está siempre activa ?aunque no exista un peligro real?. Esto hace que sea difícil concentrarse en cosas de todos los días. Enfrentar la ansiedadEs posible tratar con éxito la ansiedad. Dile a tu mamá o tu papá si tu ansiedad se vuelve más fuerte y te impide hacer lo que deseas o necesitas. Tus padres pueden llevarte a un doctor, que podrá ayudarte a descubrir si tu ansiedad se debe a un problema clínico. Tal vez, un terapeuta te ayude a encontrar una manera de reducir la ansiedad por medio de la conversación, de actividades, de ejercicios de relajación o con un medicamento (o una combinación de estos elementos). Por supuesto, si te encuentras cara a cara con un tigre hambriento y de dientes filosos, sólo puedes hacer una cosa. . . ¡CORRE! Di no a la violencia de genero!!! Para que luego digan que los modelos familiares no influyen
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Como afrontar la ira......
¿Has perdido alguna vez los estribos? ¿Gritaste o sentiste ganas de golpear a alguien? Tal vez tu hermano pequeño entró en tu cuarto y echó mano a tus juguetes sin tu permiso. O quizás la maestra te mandó demasiados deberes o un amigo te pidió prestado tu videojuego favorito y lo rompió. ¡Eso te enojó!
Todo el mundo se enoja. Tal vez tú pierdes los nervios o "explotas". La ira puede incluso ser algo bueno: cuando se trata injustamente a los niños, la ira puede ayudarles a defenderse. Lo difícil es saber qué hacer con esos fuertes sentimientos.
Tenemos muchas emociones. Puedes sentirte feliz, triste o celoso. La ira es solo otro sentimiento. Es perfectamente natural enojarse algunas veces; de hecho, es importante enojarse a veces. Pero la ira debe liberarse de forma apropiada o te sentirás como una olla con agua hirviendo y la tapadera puesta. Si no dejas que salga el vapor, ¡el agua subirá y hará saltar la tapadera! Cuando eso pasa, no resulta divertido para nadie.
Hay muchas cosas que pueden provocar la ira en los niños. Puedes enojarte cuando algo no sale como tú quieres. Tal vez te enfurezcas contigo mismo cuando no entiendes la tarea o cuando tu equipo pierde un partido importante. Puedes frustrarte cuando te resulta difícil alcanzar algún objetivo. Esa frustración puede provocar ira.
Esos niños que se burlan de ti o te insultan pueden hacerte enojar. O puedes enfadarte con tus padres si consideras que alguna de sus reglas es injusta. Lo peor de todo es cuando te echan la culpa por algo que no has hecho. Pero también es posible enojarse sin saber porqué.
Hay diferentes formas de sentir la ira. Normalmente, tu cuerpo te dirá cuándo estás enojado. ¿Estás respirando más rápido? ¿Tienes la cara colorada? ¿Tus músculos están tensos y los puños fuertemente cerrados? ¿Sientes ganas de golpear a alguien o de romper algo? La ira puede hacer que grites a las personas que tienes a tu alrededor e, incluso, a las personas que te caen bien o quieres.
Algunas personas ocultan su ira en lo más profundo de su ser. Si haces eso, puede dolerte la cabeza o el estómago. Puede que, simplemente, te sientas mal contigo mismo y empieces a llorar. No es bueno esconder la ira, así que deberías encontrar una manera de liberarla sin herir a nadie (incluido tú).
Cuando un conocido se enoja, puede alejarse bruscamente o dejar de hablarte. Puede guardar silencio y retraerse. Algunas personas gritan y tratan de golpear o lastimar a cualquier persona que esté cerca. Si una persona está tan furiosa, tienes que alejarte de ella lo antes posible.
Una vez que estás lejos de esa persona, párate a pensar. Trata de comprender qué le enfadó tanto. ¿Puedes hacer algo para arreglar la situación? ¿Cómo se siente la otra persona? Cuando la otra persona se haya calmado, trata de hablar del problema. Escucha lo que tenga que decirte.
No pierdas el control. Desquitarse con los demás no resuelve nada. En cambio, reconoce que estás enojado y trata de saber porqué. ¿Qué puedes hacer tú para evitar que la situación se repita? Si a tu hermana pequeña le dan un juguete y a ti no, no está bien romper ese juguete. Tal vez puedas pedirle que lo comparta contigo. O si tu tarea de ciencias es demasiado difícil, no hagas pedazos el cuaderno; pide a tus padres o a la maestra que te ayuden.
Es bueno hablar de tu ira con un adulto, como tus padres, un maestro o un pariente. Cuando hablas de tu ira, esos sentimientos negativos suelen empezar a desaparecer.
He aquí más cosas que puedes hacer cuando comiences a enfadarte:
Es imposible no enfadarse nunca. Más bien, recuerda que tu comportamiento cuando te enojas puede hacer que la situación mejore o empeore. No dejes que la ira te controle. ¡Toma las riendas!
No le puedes explicar a nadie qué llevas en la mochilla si no lo sabes ni tú. Con los sentimientos ocurre lo mismo. Para poder compartirlos con alguien, antes tendrás que aclararte tú mismo sobre qué es lo que sientes.
Hacerte una lista sobre lo que sientes te puede ayudar. Puedes hacerla mentalmente o bien escribirlo en un trozo de papel o dibujarlo. ¿Hay algo que te molesta o te preocupa? ¿Te hace sentirte triste o enfadado? ¿Sientes esa emoción de vez en cuando o constantemente?
A la hora de intentar identificar tus sentimientos, te puede ayudar recordar cosas que te han ocurrido y cómo te han hecho sentirte. Entonces podrás decir, por ejemplo: "Me pongo triste cuando mi amigo no quiere jugar conmigo " o "Me enfado porque mi hermano siempre me gana cuando jugamos a hacer canastas". Eso te ayudará a identificar tus sentimientos, y también dará a la persona a quien se lo expliques más información sobre lo que te molesta o preocupa.
La forma en que nos sentimos por dentro es importante. Puede ser muy duro no explicarle a nadie que estás triste, preocupado o enfadado con alguien. Entonces, estarás tú solo con esos desagradables sentimientos. Y, si te lo guardas todo para ti, ¡podrías llegar a ponerte enfermo!
Pero, si hablas con alguien a quien le importas de verdad, como tu madre o tu padre, lo más probable es que empieces a sentirte mejor. Ya no estarás tú solo con tus problemas y preocupaciones. Eso no significa que tus problemas y preocupaciones vayan a desaparecer como por arte de magia, pero por lo menos habrá alguien más que sabrá qué es lo que te preocupa o molesta y que podrá ayudarte a buscar posibles soluciones.
A tu madre y a tu padre les importa lo que te ocurre y les interesa saber cuándo tienes problemas porque te quieren y quieren saber lo que está pasando en tu vida. Pero, ¿y si no quieres explicárselo a tus padres? En tal caso, siempre puedes buscar a otro adulto de confianza, como un pariente o el psicólogo escolar. Tal vez esa persona pueda ayudarte a hablar con tu madre y/o tu padre sobre lo que te preocupa.
Una vez hayas decidido con quién quieres hablar, necesitarás elegir un lugar y un momento adecuado para hacerlo. ¿Debería ser un lugar recogido, o puedes hablar con tus hermanos en la sala de estar? Eso dependerá de tus preferencias, pero es importante que escojas un momento y un lugar en que podáis hablar tranquilamente sin que nadie os interrumpa. Si crees que te va a resultar difícil decir lo que tienes en la cabeza, anótatelo en un trozo de papel. Si la persona no entiende a la primera lo que intentas contarle, prueba a explicárselo de una manera diferente o ponle un ejemplo de lo que te preocupa o molesta. Si hay algo que crees que podría mejorar las cosas, explícaselo también.
Algunos niños -al igual que algunos adultos – son más introvertidos que otros. Esto significa que hay algunas personas que son más tímidas y les cuesta más compartir sus sentimientos. No es preciso compartir con los demás todos y cada uno de los sentimientos que tenemos, pero es importante que lo hagamos cuando necesitamos ayuda. No puedes solucionar tú solo todos tus problemas. A veces necesitarás ayuda. Y, entonces, hablar sobre cómo te sientes puede ser el primer paso para obtenerlaLa timidez significa sentirse un poco asustado cuando tienes gente alrededor. Casi todo el mundo siente timidez de vez en cuando. Si eres el nuevo de la clase o si tu tía abuela Betty desea darte un gran abrazo, quizás te sientas asustado.
Nadie se pasa el día sentado y decide: "Bueno, creo que hoy voy a ser tímido". Simplemente, sucede. Te puede coger por sorpresa. Puede que te sientas bien practicando tus pases de fútbol, pero te pones nervioso cuando el entrenador se acerca para darte algunos consejos.
Pero ser tímido no es necesariamente algo malo. No pasa nada si tardas un poco en sentirte cómodo con personas y situaciones nuevas. De hecho, puede ser útil ser algo tímido. Cuando eres tímido, quizá pases más tiempo observando la escena antes de entrar en ella. Y no es probable que hables con desconocidos, ¡algo que no debes hacer de todos modos!
Algunos niños nacen siendo tímidos y más sensibles. A veces, incluso los bebés actúan con timidez. ¿Alguna vez has visto a un bebé ocultando su cara de un desconocido? Por otra parte, otro bebé puede dar patadas, sonreír y saludar a todo el mundo, hasta a los desconocidos.
Pero si no eras tímido de pequeño, todavía es posible que te vuelvas tímido. Puede que hayas aprendido a ser tímido como consecuencia de experiencias que tuviste en el colegio o en casa. Y a veces sientes la timidez por poco tiempo, como cuando te subes a un nuevo autobús escolar por primera vez. Este tipo de timidez suele desaparecer cuando te has adaptado. Por ejemplo, después de unos días, probablemente tendrás un asiento que te guste y amigos en el autobús.
A veces, las personas se vuelven tan tímidas que les da miedo hacer cosas en la vida. Por ejemplo, no van a restaurantes porque se ponen tan nerviosos que no pueden pedir ni pagar la comida. A algunas personas les asusta tanto conocer a gente nueva que apenas salen. Normalmente, los médicos y los psicólogos pueden ayudar a la persona a superar este tipo de timidez.
Si tu timidez no te deja hacer las cosas que quieres hacer, habla del tema con alguien. Puedes recurrir a tus padres, maestros, orientadores y médicos. Hablar de tu timidez puede ayudarte a superarla. O, quizás, tus amigos o padres te digan que ellos también son tímidos y qué hacen para serlo menos. Si aun así te sigues sintiendo igual, tu mamá o papá pueden llevarte a un psicólogo. Éste puede ayudarte a aprender a sentirte más a gusto alrededor de otras personas.
Si conoces a alguien que es tímido, intenta ayudarle a sentirse menos nervioso. Los insultos y las burlas solo conseguirán que tu amigo sea aún más tímido, así que intenta no hacerlo. Cuanto más tiempo pases con esa persona, menos tímido se sentirá contigo.
Incluso podrías contarle una situación en la que actuaste con timidez. Le ayudará a entender que todo el mundo es tímido de vez en cuando, ¡incluso tú!
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